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Escritos en el viento... en el tiempo... en el silencio de otras voces

Los textos. Marcos teóricos y prácticas de enseñanza 16

Instituto Superior de Formación Docente Continua «Estados Unidos del Brasil». Profesorado para Educación del Nivel EGB 1 y EGB 2. Espacio: Ciencias del Lenguaje y su enseñanza   Profesora: Tarelli, Victoria    Alumna: Guanca, Carla patricia    Tercera Instancia.Reseña Crítica:  Cortés, Marina: “Los textos, marcos teóricos y prácticas de enseñanza”.   Alvarado, M (coord.) Entre líneas. Teorías y enfoques en la enseñanza de la escritura, la gramática y la literatura, Buenos Aires, Flacso. Manantial, 2001.

    Marina Cortés realizo una investigación sobre las competencias de escritura y de comprensión lectora, cuyo resultados reflejaron diversos problemas en las producciones de los alumnos en cuanto a la producción de párrafos breves y dificultades para estructurar los textos y usar correctamente los signos de puntuación. Dichos problemas dieron lugar a varias hipótesis en la que una de las más discutidas fue que el marco teórico de la gramática oracional era insuficiente para desarrollar las competencias de lectura y producción de textos. A partir, de esta hipótesis se generaron cambios en la reforma educativa, relacionados con la enseñanza de los contenidos a través de textos o discursos, dejando al texto como eje principal a la hora de enseñar la lengua, señala la autora.

     Dentro de este contexto, Cortés brinda aportes acerca de los textos, para ello se basa en los estudios lingüísticos sobre el texto; distinguiendo dentro de esta, dos líneas: una  articula la sintaxis y la semántica (la gramática textual) y la otra, se orienta hacia el uso de la lengua  (lingüística textual),en esta segunda línea la autora toma como referente al modelo propuesto por el lingüista Van Dijk el cual se convirtió en el marco teórico más relevante a la hora de diseñar los nuevos contenidos curriculares.

     En su modelo Van Dijk determina tres niveles para la descripción del texto: nivel sintáctico refiriéndose a la forma en que se organizan los contenidos o superestructuras (diferentes tipos y niveles de estructura textuales, estructuras globales especiales que caracterizan al tipo de forma del texto), nivel semántico donde se analizan las relaciones de significados que se establecen entre las secuencias de oraciones y elementos implícitos o explícitos (conocimientos previos que el lector almacena en su memoria y que se activan durante la lectura), es decir, la macroestructura semántica o construcción teórica que resume las ideas principales de los párrafos o del texto completo. Este resumen se realiza siguiendo con una serie de reglas generales o macrorreglas, que permiten reducir la información de tres formas diferentes: por supresión, generalización y construcción. Un último nivel mencionado por el autor es el pragmático donde incorpora la noción de función textual remitiéndose a que un texto es coherente no solo porque es interpretable semánticamente sino también funcionalmente, ya que todo intercambio comunicativo conlleva algún propósito.

      Otro modelo que propone la autora es el modelo procedural de Beaugrande y Dreesler; que sirve como marco de las actividades tanto de producción como de recepción de un texto. Dichos autores  sostienen que la ciencia del texto debe conocer los procesos y procedimientos reales que se ponen en juego en la textualización y en la decodificación del texto. En relación con la escritura, consideran que el proceso de producción consta de varias fases: planificación, idealización, desarrollo y expresión. Además, consideran que un texto es considerado como tal, en la medida que cumpla con estas siete normas de textualidad: La intencionalidad (efecto que quiere causar el autor del texto en el receptor), la aceptabilidad (aptitud que aporta el receptor con respecto al texto), la cohesión (unión, relación, conexión entre las oraciones), la coherencia (conexión entre las partes del texto de manera que forman un todo significativo), la situacionalidad (los textos se producen en situaciones comunicativas determinadas y responden a esa situación o a la imagen o representación que de esa situación tiene el emisor), la intertextualidad (depende del conocimiento que se tenga de otros textos, géneros), la informatividad (aporta información progresiva y constante al lector).

       En cuanto a la clasificación de textos, Marina Cortés sostiene que esta clasificación  surge en los estudios lingüísticos como un intento por ordenar la variedad de textos (tipologías textuales) teniendo en cuenta ciertos criterios como ser el tipo de información, la organización de los textos, la función del lenguaje determinante, etc. Para sustentar este análisis Cortés, nombra a autores tales como Bajtín, Heinemann y Viehweger. El primero considera que el uso de la lengua se realiza en situaciones comunicativas y que se lleva a cabo en forma de enunciados orales y escritos, clasificando a los textos según géneros discursivos, géneros secundarios (los cuales surgen en condiciones de comunicación cultural compleja, novelas, investigaciones científicas, etc.) y géneros primarios (constituidos en la comunicación inmediata, un diálogo o una carta). Heinemann y Viehweger, en cambio, proporcionan una variedad de fundamentos para validar la diferenciación entre “clases textuales” y “tipo textual”.

            Siguiendo en la línea de la lingüística textual, la autora hace referencia a los aportes de Werlich, cuya clasificación comprende fundamentalmente a las estructuras internas del texto, partiendo de un único criterio “la base textual”. Aunque este autor distingue cinco bases textuales (descriptiva, narrativa, expositiva, argumentativa y directa) que según su criterio se relaciona con las actividades cognitivas humanas; plantea la noción de secuencia dominante, por lo cual, sostiene que un texto puede tener secuencias de diferentes tipos (narración-descripción, descripción-narración-argumentación) pero siempre es posible encontrar un tipo dominante que representa el tema central del texto (base textual).

      Para concluir puedo decir que los aportes brindados por Cortés Marina son de gran utilidad tanto para estudiantes del profesorado como para todo aquel que necesite una orientación en cuanto a los marcos teóricos y prácticas de enseñanza de textos, ya que a partir de los conceptos trabajados por ella, es posible volver a pensar y reflexionar en primer lugar sobre este nuevo enfoque que se le da al texto en la enseñanza de la lengua (enfoque comunicativo) y desde ese momento volver a pensar sobre la metodología que vamos a utilizar a la hora de enseñar lengua y en el momento de seleccionar el material a enseñar. Además, nos brinda conceptos básicos y fundamentales a cerca de los textos; conceptos que surgen de las teorías lingüísticas  y que hay que ponerlo en práctica en el momento de planificar la organización de los contenidos y las propuestas de actividades, tenerlos en cuenta si se pretende formar lectores y productores de textos críticos.

 

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