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Escritos en el viento... en el tiempo... en el silencio de otras voces

Narrativa pedagógica 1

 

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Instituto de Formación Docente Continua - Escuela Normal Superior “Estados Unidos del Brasil” - Profesora: TARELLI, Victoria - Estudiante: SPASIUK, Analia Alejandra - Tercera instancia

“MIRANDO LA VIDA SIN ACOBARDARSE” - Experiencia Pedagógica  Escuela Nº 887 “Oleros Unidos”

 

 Comencé mi experiencia pedagógica como futura docente en la Escuela Nº 887 del barrio San Isidro de la ciudad de Posadas.

Todo se inició con la propuesta de un proyecto socio-comunitario propuesto por la profesora del área de Tecnología.

Nos organizamos en grupos de 6 alumnas, intercambiamos ideas y definimos tareas.         A mi grupo le correspondió, fabricación de títeres con niños de 4º grado, pero como no estaban previstas actividades para los más pequeños, la profesora nos propone implementar en la sala de 5 años porque era de los existentes el más adecuado.

Buscamos los materiales, consultamos y reunimos lo indispensable, el lunes 23 nos reunimos en la casa de una de las chicas para ultimar detalles del proyecto, todo estaba listo.

Era un nerviosismo total, en el curso se sentía la euforia y la incertidumbre por saber como seria todo, antes de irnos uno de los integrantes del grupo de investigación vuelve a explicar la ubicación de la escuela, surgieron dudas, preguntas por lo que coincidimos encontrarnos en la Shell ubicada en ruta 12 y Avenida San Martín a las 7:00 hs para ir todos juntos.

 La noche previa dormí intranquila, en mi mente se entrecruzaban la lista de elementos que debía llevar y ¿cómo será el lugar?, ¿cómo nos recibirían?, ¿les gustarían los títeres? Y llegó el 24 de junio, día espléndido, invitaba a emprender cualquier actividad con alegría.

Tomé mis bolsos, los revisé por centésima vez y en pocos minutos estuve junto a mis compañeras. Se cruzaron nuestras miradas, aunque nadie esbozó la más mínima palabra sobre el tema, reflejaban inquietud hacia lo desconocido.

Al la hora acordada estuvimos en el lugar y emprendimos el viaje a la nueva experiencia.

 En el trayecto, en nuestras mentes se cruzaban preguntas ¿como será?, ¿qué lejos que es?, ¿estaremos en el camino correcto?  Pronto estuvimos frente al local de la escuela, techo de paja, paredes de madera que dejaban libre paso a la luz  y el viento. Un gran cartel  decía ESCUELA Nº 887. ¡Qué tristeza!, ¿cuánta pobreza?

Estos pensamientos fueron interrumpidos por una voz que nos decía, ¡Adelante! ¡Bienvenidas!. Se presenta, es el director, un maestro cordial, quien nos informa que los niños de Nivel Inicial comenzaban sus actividades a las 9 hs., nos acompaña hasta la salita para acomodar las cosas que habíamos traído. Una campana hecha con una vieja olla de hierro marca el inicio de la jornada diaria. Los niños se ubican en fila frente al mástil, cada uno sabe su lugar y no causan dificultades, pronto se hace un completo silencio. Pasan dos alumnos designados a izar  la bandera que se realiza con una frase especial. Luego, el director informa a los alumnos el motivo de nuestra presencia y nos da la bienvenida a su escuela. En la mirada, en sus cuerpos y voces percibimos la invitación para que nos sintamos cómodas, que nuestra presencia les agradaba y deseaban mostrar y compartir sus cosas. Sentimos satisfacción por esta rápida aceptación, creemos que ninguna persona y más futuras docentes podrían sentirse incómodas frente a tan amable bienvenida. Volvimos al aula, era una pieza pequeña con 2 mesitas y 9 sillitas, una cortina celeste, desgastada y rota hacia a la vez de puerta. El ambiente estaba adornado con una lámina y una caja con juguetes deteriorados que eran testigos del día a día de estos pequeños. Pegadito a la satisfacción del recibimiento este paisaje escolar nos muestra las necesidades y urgencias. Nos preguntamos, ¿cuánto incide las carencias de espacio y recursos en el aprendizaje?, ¿cómo habrán hecho los docentes para convertir estas necesidades en un desafío diario? ¿es injusto que estos niños se eduquen en estas condiciones, siendo que conozco otras escuelas con cómodos edificios y abundante material?. Bueno, pensándolo bien  es probable que esta diferencia desaparezca ya que es una escuela nueva a la espera de su edificio prometido. Los niños comienzan a llegar, pero no ingresan a la sala por nuestra presencia, su maestra todavía no había llegado.

Llega la maestra, Delia es su nombre, coloca a nuestra disposición el aula y comenzamos nuestra tarea. Sobre una sábana puesta en el piso todos nos ubicamos y a través de un títere nos fuimos conociendo. Cuando logramos su aceptación les propusimos construirlos, la idea los entusiasmó. Con las explicaciones y materiales disponibles dejaron volar su imaginación, construyeron su propio títere y hasta colocaron cosas que le gustaban, al principio, tímidamente pero poco a poco la “invención” adquirió un nuevo significado vinculado a  la creatividad y la imaginación que aparecen como ingredientes a tomar en cuenta en el trabajo del aula.

Lo que me llamó la atención era un niño que hablaba en tono bajo y no se entendía lo que expresaba.

Una de las integrantes del grupo de trabajo por su conocimiento logra comprenderlo. Hablaba guaraní, idioma que no fue impedimento para comunicarse y compartir. Transcurridas 2 hs se nos habían terminado las propuestas, había que improvisar y la idea fue continuar en el patio, colocarle un nombre al títere y presentarlo a través de un desfile. El niño guaraní lo llamó “Cuye” que significa “chancho” según la traducción de una compañera.

La jornada estaba llegando a su final, pronto sonó la campana de salida, el tiempo había pasado rápidamente y este primer día nos había dejado encontradas emociones y deseos de continuar. En el camino, de regreso propusimos reunirnos para prever actividades, debido a que los niños se habían entusiasmado y nos había hecho falta alternativas.

En la casa de una de las chicas buscamos juegos, música para que los niños se diviertan al día siguiente.     

Debido que los niños de jardín entraban más tarde decidimos ir un rato antes para preparar con tranquilidad el ambiente y así sorprenderle a los niños, llegando al lugar la profesora nos contó que un niño estaba esperándonos. ¡Oh!, la sorpresa fue nuestra. Al entrar a la sala, allí estaba Germán,  sentadito con su mochila puesta al hombro, sus ojos se iluminaron y hasta una mueca de alegría se dibujó en sus labios. Al preguntarle lo que había pasado, su respuesta fue, creo la que todo maestro quisiera oír, se había divertido tanto el día anterior que vino muy temprano para seguir jugando con los títeres.

Antes de entrar consultamos con la profesora Graciela Karabin si podíamos darles unos obsequios que le habíamos conseguido, aceptó muestra propuesta y se emocionó por todo lo que hicimos por esos chicos sin recibir nada a  cambio.

Organizamos el material y comenzamos a repasar las actividades.

Fueron llegando de a uno,  todos con una gran sonrisa y sus títeres en mano, pronto la sala cobró vida con sus presencias.

Ese día Sabrina una niña nueva se incorporaba al grupo, muy tímida, se sentó a un lado, fue difícil integrarla al grupo, aunque su mamá estaba contenta que hubiera entrado a la sala, para ella eso ya era un logro, en la escuela anterior a la que concurría se negaba entrar.

Comenzamos la clase, nos sentamos, cantamos para saludarnos y en eso aparece “patito” nuestro títere, los niños saltaban y querían tocarlo.

Como primera actividad tenían que hacer adornos para decorar el nuevo titiritero, los niños trabajaron muy entusiasmados, hicieron hermosas cosas.

Después pegaron todas las obras de arte en el titiritero”la casa de patito” y para despejarnos un poco, salimos al patio a jugar.

Habíamos preparado canciones nuevas que fueron bajadas de internet, ahí apareció la primera complicación, el equipo de música no leía el Cd, así que tuvimos que cantar a capela.

Jugamos y saltamos mucho, la nueva alumna participaba a veces de las actividades, pero algo pudimos integrarla.

Volvimos a la sala, nos acomodamos y comimos galletitas.

Cuando todo estuvo listo, le presentamos una pequeña obra de títeres, por supuesto antes de dar inicio a la obra, le explicamos el escenario, los personajes y el guión de dicha obra a través de una lámina que como dice Juan Ardizzone “la lámina es uno de los géneros más importantes que se usan en la escuela... es un sustituto de la escena real y presenta la ventaja de que – por su carácter fijo- permite al docente ordenar más fácilmente la observación”

Al presentar a uno de los personajes la “vizcacha” los niños levantaban las manos querían decir que ellos la conocían, enseguida nos contaron que eran los bichos que estaban en la tierra.

Presentamos la obra los niños escuchaban, por momentos demostraban inquietud, la curiosidad por saber quienes tenían los muñecos los ponían incómodos.

Nuevamente apareció “patito” para entregarles un pequeño obsequio, “patito” “patito”, todos los niños le llamaban, el títere llamó a cada niño para que se acercara y le entregaba un obsequio.

La evaluación se realizó mediante la técnica de observación sobre la imaginación creadora, formas de expresión personal, comunicación, manifestación lúdica, que fueron coherentes con la acción didáctica planificada ya que nuestra intención era conocer y valorar los conocimientos previos de los alumnos, las actitudes, estimular el proceso de aprendizaje a través de actividades lúdicas

  Nos despedirnos dejándoles el titiritero y a “patito” de obsequio para que le acompañara el resto del año.

Antes que nos retiráramos de la escuela, el director y las docentes nos invitaron a una pequeña reunión para agradecernos por haberles elegido para llevar adelante el proyecto, resaltando que ellos tenían muchas necesidades materiales por ser una escuela nueva y alejada del centro de Posadas, pero a pesar de ello cumplían su misión y mantenían vivo el sueño de que algún día esos niños cuenten con las comodidades que se merecen y a nosotras por elegirla.

Gracias, gracias y hasta pronto, provenía de todos lados, ¡qué emoción! para mi fue una rica experiencia porque se puede hacer mucho con tan poco por niños de escuelas de escasos recursos.

Comprendimos que podemos hacer mucho, más allá de las condiciones edilicias necesarias, hay otras muchas cosas que podemos aportar y lo vamos a hacer, es más, hemos hecho todo  lo posible para que este proyecto salga bien y les  sirva.

La experiencia fue inolvidable, rica, única, inexplicable, la sensación que sentí al ver a todos esos niños con los ojitos felices por el solo hecho de ver un montón de futuros maestros que habían ido a visitarlos no se me borrará jamás.

Aunque todavía no nos hayamos recibido esos niños nos demostraron un gran afecto y un gran respeto, para ellos éramos maestras.

Algo me gustaría añadir como una experiencia y sensación personal , dentro de esa pequeña aula me sentía como si estuviera en la oscuridad , como si fuera de noche, al haber tan poca iluminación y no tener ventanas para que pueda entrar el sol, ese lugar me producía esa sensación.

La escuela es muy precaria, paredes de tablas y techo de paja; al lado de ese galpón hay una edificación nueva que está a medio construir, el director nos explicó que habían empezado a edificar un aula más, en ese aula a medio terminar funciona una pequeña biblioteca, que según las maestras los libros que están allí no se usan porque son libros para la escuela secundaria, solo unos pocos son para niños que fueron donados por Bocho`s cuando se produjo el incendio, así que están un poco deteriorados, al igual que algunos de los cuadernos de los niños que tenían sus hojas quemadas.

Por éstas y muchas otras carencias que los niños y la escuela nos mostraron nos dio tanto gusto haber ido a darles un poquito de lo que tenemos y podemos hacer por ellos.

La escuela Nº 887 “Oleros Unidos” nos abrió sus puertas y puso a nuestra disposición todo lo que estaba a su alcance para que nos sintiéramos cómodos y pudiéramos trabajar bien, lo cual les estoy muy agradecida

Por el gran gesto que nos brindaron, por lo que recibimos y ofrecimos deseo compartir lo que alguien escribió alguna vez y que resume  mis sentimientos:

 

Nadie mira la vida sin acobardarse en muchas ocasiones,

nadie llega sin remar muchas veces.

Pero nadie deja de llegar, cuando tiene la claridad de un don,

el crecimiento de su voluntad, la abundancia de la vida,

el poder para realizarse y el impulso de sí mismo.

Si sacas todo lo que tienes y confías en ti,

¡esfuérzate! porque… ¡vas a llegar!

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